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La esencia del desayuno





Compartimos con ustedes, extractos de una nota publicada por María Val en www.sabormediterraneo.com, en la que se resalta la importancia nutricional de desayunar bien en una vida activa. Entre las principales funciones del desayuno se encuentran: alimentar el cerebro y prevenir el sobrepeso.

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Muchas personas no tienen hambre cuando se levantan, incluso si han cenado poco la noche anterior. Su cuerpo necesita un tiempo para ponerse en marcha y activar el "programa" apetito. Sin embargo, saltarse el desayuno es un mala opción. El desayuno tiene más importancia de la que que se le da, pues influye en el rendimiento de la escuela, porque mejora una forma de actividad cerebral que se llama memoria de trabajo. Se trata de un tipo de memoria a corto plazo que permite mantener varios datos en el pensamiento de forma simultánea. Es el equivalente de la fuerza muscular en el cerebro.

Cuando no se desayuna el cerebro se ve privado de la glucosa, el combustible que necesita para funcionar a pleno rendimiento. El cuerpo fabrica la glucosa a partir de los alimentos que consumimos (el cerebro consume cerca del 25 % de toda la glucosa del organismo). Sin esa energía, la memoria de trabajo decae y con ella la atención y la capacidad de concentración.

Otra de las consecuencias de desayunar demasiado poco es que, paradójicamente, resulta más fácil engordar. Hay varios estudios entre ellos, el realizado por la Universidad de Minnesota (EEUU) cuyos resultados revelan que cuanto menos se desayuna, se tiende a un mayor sobrepeso. En el seguimiento que hicieron de más de 2000 mil personas durante 5 años puso de manifiesto que daba igual el motivo por el que no desayunaban, ya fuera porque querían adelgazar o por cualquier otra causa. El efecto siempre era el mismo, aumento de peso.

La explicación es que las personas que desayunan bien suelen tomar pan o cereales para el desayuno, que contienen fibra y favorecen la sensación de saciedad. Quienes desayunan mal, por el contrario, se sienten después más hambrientos y suelen tomar más alimentos ricos en grasas en la comida siguiente o picotean más a lo largo del día.

 

Claves y nutrición: 

- Lo primero es el líquido y para abrir el apetito lo más aconsejable es empezar con un jugo de fruta (te invitamos a nuestra sección Recetas para que puedas disfrutar de las mejores combinaciones)

- En el desayuno debe haber más carbohidratos (pan y cereales) que grasas y proteínas.

- Debemos sumar minerales y vitaminas como el calcio de los lácteos y los antioxidantes de la fruta.

- En cuanto a las cantidades, debemos desayunar lo suficiente para no llegar sin desfallecer a la comida siguiente.

 

Fuente: Web Sabor Mediterráneo. Link a la nota original.